Saturday, February 19, 2011

1. Había un chico jamaiquino. Me decía que él me enseñaría inglés, porque yo lo hablaba muy mal, tal vez era porque yo pronunciaba faiv y el fah al mismo número 5.


2. Él sólo quería coquetearme. Y mientras trabajábamos juntos, me contaba su sueño de irse a Inglaterra y ganar mucho dinero. Yo le decía que mi sueño de vivir en Canadá se había hecho realidad, él se reía de mí, porque lavar un baño rebosante de mierda era un sueño que él no tenía en mente como un “real sueño”.

3. Yo metí, por primera vez la mano en un asqueroso baño lleno de caca, el guante de goma me quedó corto. Se lo conté después a la Mtra. D. cuando fuimos a comentar chismes de los escritores cubanos.

4. No sé si a ella le dolía que yo trabajara de limpieza y era alguien que se cambiaba después para irse a hablar de literatura. No sé. Recuerdo su carilla dulce y las invitaciones que siempre me hacía para integrarme al cuerpo académico de la U of T. Siempre se lo agradeceré.

5. No recuerdo el nombre de aquel chico jamaiquino, eso sí, era demasiado alto y fuerte para un chico de 18 años a los que yo estaba acostumbrada a mirar en México. Bendita Jamaica.

6. La vida da vueltas, a veces muchas. Hoy me encuentro totalmente derrotada, tratando de limpiar la mierda que hay en mi vida. A veces pienso en el error de haber regresado a México, pero quiero a mi pedacito de tierra.

7. Tengo, como mucha gente, trabajo, gracias a Dios; sin embargo, me deja exhausta, no pagan bien y mi intelecto se ve minimizado a cada oportunidad. Más el sufrimiento que me causa, primero, crear una novela, ahora, corregirla. Tengo tanto tiempo de no usar el castellano adecuadamente, casi seis años, y me duele.

8. Estoy aprendiendo que el trabajo de un narrador profesional, con miras a ser escritor, es un trabajo arduo y de muchos sacrificios. De separarse en dos partes, una creativa y otra crítica.

9. Espero salir viva y victoriosa como después que salí sin vomitar de aquel trabajo de limpieza de baños. Sé que lo haré, porque aún hay un sueño, al cual no he llegado, como el chico jamaiquino tenía en cuanto a Inglaterra.