Sunday, September 06, 2009

Tenía todas las balas
María Montelongo




Tiene 14 años y dos revólveres en las manos. Se sienta en la orilla de una cama de motel y espera algún ataque inesperado. Las sábanas huelen a lo sucedido una noche antes. Lo siente por él y por los recuerdos de sudor esparcidos en el colchón. Le ha gritado y amenazado con algunas balas, debía protegerlo y dejarlo ir. Una maleta con lo pactado y un frío presentimiento de que las cosas estarán jodidas.

Habría escapado con él y dejarlo que compre las entradas a alguna feria de cualquier pueblo, habría amanecido convencida de sí misma cada que él la despertara con un rojo beso, habría tenido sus adolescentes días para decirle "te amo".


Habría escapado junto con él.

La puerta abierta, los revólveres en sus manos, una maleta a un lado de sus pies y la seguridad que sus piernas jamás han temblado por un arma o un montón de ellas.

Le han ido a quitar la maleta sin la paga, le han ido a reventar su cabeza casi quinceñera y han puesto frente a sus ojos el cuerpo sanguínolento de él.


Casi tiembla.

Tiene 14 años y dos revólveres en las manos. Se ha parado frente a una trinchera de hombres, quienes dispararán sin pensarlo contra su cabeza. Lo siente por él, pero ha caído sangrando junto a la maleta que después se han llevado de la habitación.


Debía haber disparado todas las balas sin importar qué. Pero sólo disparó las dos suficientes para escapar junto con él.