Sunday, April 15, 2007

Mi Dino lloró mucho, tanto, lloró tanto por teléfono que me provocó llorar también. No sé mucho ni sé qué decir cuando la escucho llorar, tal vez porque nunca la había escuchado llorar así. Ser madre soltera no es fácil y más cuando tratamos de educar a nuestros niños en la forma que nos criaron, diciendo que la familia es compuesta de mamá y papá y donde el hijo o hija se abastece de amor. Si la familia ahora cambia, ya hace un par de años se había hablado de eso en el DIF, por ahí por la Presidencia de Zedillo. Y es que ahora la familia cambia a ser un núcleo donde a veces se es uno solo, una madre con sus hijos, o un padre con su hija, o un abuelo con su nieto. Las circunstancias del divorcio, de la ruptura inesperada ante la utopía con la que crecimos nos hace vivir la pasiva violencia con la que el hijo o hija crece. La familia es una ironía en estos días, una ironía con la que hay que saber vivir. Porque no somos las mismas generaciones, porque si papá no te ve, es porque no me quiere ver a mí, y cómo decírselos si la madre, que por lo general se queda con la custodia del crío, le duele el bulto muerto que fue la relación amorosa, y todo por la idiosincrasia con la que aprendimos a crecer. Si bien, la familia es la primera célula de amor; sin embargo, también es la primera donde el niño o niña aprende a vivir la violencia.
¿cómo decirle a mi DIno que Heber abraza las piernas de individuos desconocidos, que confunde con su padre? Sino se llega a una aclaración del concepto de familia.
Que la ausencia de un ser querido no sea motivo para olvidarlo
Que la flaqueza no sea motivo de abandonar la lucha o batalla
Que el estar ciegos y sordos no sea motivo de desesperación, porque como decía mi abuela y sus amistades contemporáneas, “lo que no tiene solución al tiempo la llega a tener”.
una canción para acompañar, porque las penas con pan son buenas, jejeje, toda masoquista. Crying time con Barbara S. y Ray Charles