Sunday, January 28, 2007

Le retrocedí a los males cuando dejé de desear a la muerte, cuando ya no la colmé de deseos, porque para qué desearla, si sé que vendrá. No me malinterpretes, si sólo digo, que es desear en vano algo que se tendrá. Estoy segura, tanto que mi imagen es la de una pantera en espera, cuento ahora con el permiso del dios de la guerra, con el vaho de Marte en las venas, con la guerra en las pezuñas y la tranquilidad de saber que el golpe va seguido de otro golpe. Y ¿por qué no? Si estoy sola, con la espada sostenida por la mano derecha y los recuerdos en la siniestra; adiestrando la defensa en casos de intranquilidad. Y hoy cruzo en el paseo de los leones y tengo la plena capacidad de defensa y si se apetece la de destrucción. Hoy no soy cura, hoy no tengo paz para la otredad de la que juzgue no merecer ni siquiera un pelo de misericordia