Sunday, January 28, 2007

Le retrocedí a los males cuando dejé de desear a la muerte, cuando ya no la colmé de deseos, porque para qué desearla, si sé que vendrá. No me malinterpretes, si sólo digo, que es desear en vano algo que se tendrá. Estoy segura, tanto que mi imagen es la de una pantera en espera, cuento ahora con el permiso del dios de la guerra, con el vaho de Marte en las venas, con la guerra en las pezuñas y la tranquilidad de saber que el golpe va seguido de otro golpe. Y ¿por qué no? Si estoy sola, con la espada sostenida por la mano derecha y los recuerdos en la siniestra; adiestrando la defensa en casos de intranquilidad. Y hoy cruzo en el paseo de los leones y tengo la plena capacidad de defensa y si se apetece la de destrucción. Hoy no soy cura, hoy no tengo paz para la otredad de la que juzgue no merecer ni siquiera un pelo de misericordia

Monday, January 22, 2007

Porque sigo siendo tu banco de sangre, mendigo chupacabras
Porque soy la hemorroide vuelta besos,
Vuélvete, vuélvete y vuélvete cuando te pregunten por mí.
Que te duela la cara de tantos aguijones, miradas fijas,
Que te echo.
Pene de mis ganas,
Huevos de mis calenturas,
Me divides,
Me emborracho
Besuqueo
Atrapo a vatos, vatillos y más bateados en mis brazos
Y sigo siendo pura sucursal de sangre
Mientras te dure el desprecio, la ley de hielo
Un solo huevo
Y mi carnet de doble AA
Yo te sigo queriendo, maldito chupacabras.

Ando herida y no me traje el chaleco anti balas. Buh

Sunday, January 21, 2007

No me emociona este veneno. Enderezo la cabeza y sigo pensando que no me emociona este veneno, Mamá siempre ha dicho que soy rara, una hija extraña, como si no fuera su hija. Tal vez nací de la cáscara de un plátano o de la vejiga de una res o del colón de un ruedor. De algún lugar donde me haya alimentado de veneno, de jugo de cráneos y huesos, de puta podredumbre o estiércol, mierda revuelta en el caño, de miles de pollos sangrientos y mal hervidos. Pero sigo siendo yo, el veneno de niña de 25 añuelos, esa tipa bocafloja, arrastrada, temperamental y humanamente dañina. Y no basta con una frase que saqué de la tele “Mamá soy paquito, ya no haré travesuras”, y no basta, no basta, para compensar mi rareza y el hedor a veneno con el que nací, y es que la madre noe s la culpable de parir una bestia.

Dios yo no te pido que me ayudes, pero no me estorbes

Si he caìdo en la simpleza de mirar la bolsa de corn pops inflarse en el micro, si he azotado en la simpleza de reírme del resbalón de un chiquillo por la calle o el perro que juega en la avenida con su jauría habitual, si me he cachado en la simpleza de mirar coquetear al ex frente a mí sin tener ni un impulso de celos, si he raído en la simpleza de sacarme la caspa, mocos en pleno trabajo o quedarme dormida entre llamada o chequeo de papeles, si me he estado convirtiendo en la simpleza, en la tipa simple que acepta esta vida monótona y de sin razón. Y es que llegar a Monterrey desde hace más de un año, me ha dopado, me ha mantenido quieta, sin que se me rompa el corazón, sólo quebrantando libido, mirando el pasado en el mero ano, o escribiendo de un drama laboral de cosa ridícula y esperando volver a ver al coquish, a mr Mark, y seres que aprecio. Y es que en este invierno, imaginé caminar como solía por Bathurst o Dupont, sacándole la vuelta a la lujuria disfrazada de amor del Coquish o esperando a mis alumnos de español, y es que hoy ya me cae el 20 de despedirme de la monotonía, porque vuelvo a partir.

Tuesday, January 16, 2007

Roció tanta sangre por la punta de sus dedos, que sólo escribió: Testamento.

Sunday, January 14, 2007

Y a una vez, le conté que era el fin.



Bebé sin nombre vio la tele en mi regazo y presionó tanto con sus pequeñas manos mis duros dedos, que deseé tener mi propio bebé sin nombre más adentro del regazo.
(los quiero mis pequeños mjn's)
Dénme pastel de chocolate que necesito endorfinas. je
A veces el veneno de rata se unta más fácil en la pieza de pan que en tu espalda. A veces tus labios se encajan en medio de mis muslos, y duele. A veces somos furias invernales, y toco tu granada de mano con mi navaja. A veces, quizá, quizá, quizá veamos miel en la letal amargura.

Sunday, January 07, 2007

El amor creemos conocerlo en un tazón con leche, tibio, acogedor, dulce, protector y que nos alimenta; sin embargo, es en el mismo tazón con leche, donde beben las serpientes que copulan haciéndose en un “otro” mismo cuerpo. Y del que se siente uno herido en cuanto cruza a la línea de la ruptura, aunque ya no exista un lugar dentro del tazón con leche, para dos cadáveres, continúa creciendo el conocimiento del amor, en el dolor.
Reposé mi lengua bifurcada sobre la tenue sombra mía, de tu cuerpo. De tu herida apasionada, de tus anillos unidos en los círculos de mi cintura. El primer remedio es extrañarte, el segundo, dejar de pensar en mí mismo para dejarte de extrañar junto conmigo, el tercer remedio, cuando llegue a la disociación, es sacar tu cadáver del tazón de leche, sacar esa serpiente que me pesa en cuerpo. Arrojar la mala leche en la que ha permanecido mi cadáver y dejar de hacerte favores. Aunque te ame.

Pueden prohibirme las salidas, pero… serpiente en tazón con leche
Pueden abrir heridas con limón y sal, pero…serpiente en tazón con leche
Pueden decir, ellos y nosotros, pero… serpiente en tazón con leche, sólo existe una.

Yo no sé qué decir, si Monterrey a veces parece nuevo, como si redescubriera sus lugarcillos, donde van gringos, italianos, franceses a comer pasta o ternero, si después un chico moreliano piensa que creo en las quesadillas norteñas con queso y no en esas quesadillas chilangas con huitlacoche o tlacoyos que me gusta comer los fines de semana. Le conté a G de él, de cómo era eso que siento, de cómo he decidido calmarlo y empezar sin él, de él, de él ese de quien cuento que ya no cuento. Y vuelvo a sentir enamoramiento de ese en donde uno se enamora de sí mismo.