Thursday, July 20, 2006

Las caricias descienden. Le acaricié los pies, cuando deseaba besos en las manos. Los besos ascienden. Le besé la nuca, cuando deseaba caricias en los pies. Los suspiros levitan. Le suspiré al oído, cuando deseaba suspiros en la nuca. Los ojos se encuentran, cuando buscabas que no hay ya qué buscar. Intentaré una vez más acariciarte, besarte, suspirarte y en la inmensidad Dios se hizo experto.
Y cuando escribo, sólo pienso en nalgas. El porno sí afecta, me ha hecho llevar mis imágenes a puras y concretas nalgas. Nalgas, nalgas, nalgas.
Y pienso cosas como ¿y si el cemento se despega cuando camino por la calle detrás de una gorda nalgona? ¿Y si cuando te vaya a ver te digo nalga en vez de hola? ¿Y si me decido a quererte una nalguidad? ¿Y si la nalga de la vecina es más pomposa que la nalga de la otra? ¿y si nalga hubiera que no nalgaría?
Y en definitiva cosas como esas me han llevado a pensar que qué nalga…
Prometo no ver más porno. Por cierto, hoy compré un par de bolillos y en la canasta había dos que pegados parecían nalgas :p