Monday, June 26, 2006

Ya no me asusta, ni duele tanto ser "la mujer de medida imperfecta, detonante del abandono" Los he querido, los he amado sin decirlo, no los he obligado, ahora no huyo, porque no tengo dinero, ahora me quedo porque quiero estabilidad, a donde quiera que vaya mi equilibrio estará conmigo. Lo mejor de caer es que me levanto con el recuerdo del golpe, un golpe duele, y no busco más dolor.
Y yo ya te veo desde hace mucho y te quiero, entera, con la vida entera, y un día coincidiremos más que en una calle, en un parque, en un metro, en un camión, en un salón, en una cama. Yo te espero una cuarta del ombligo más arriba donde tengo fuerza de sobrevivir.
La semana fue un completo terremoto. Me faltó levantarme y encender el televisor, simplemente para revisar, si no se habían caido algunos satélites y prepararme con algunas bombas molotov. En ocasiones así pasa, como dicen, "cuando llueve, llueve sobre mojado" Llovió sobre el trabajo, sobre los amigos, sobre el amor y sobre mí. Sin embargo, cuando hay terremotos, se abre la tierra y escuchamos más de cerca el corazón de la tierra. No hay mal que dure cien años y pendejo que lo aguante.
Estiro mis brazos y no soy nada y en algún momento cuando alguien se atreva a soñarme, voy a existir.