Friday, November 18, 2005

De noche silbas don gato

Mientras Cecilio se acariciaba las ganas junto al pequeño peyote. Calipso y yo le chiflabamos a la noche. Aun sigo extrañando a mis dos gatos. Siempre los tres tuvimos el corazón desafinado, como todos los gatos que le silban a la noche.
Cuando te vas corazón, sólo dejas viento que resoplar. ¿Por qué silbas don gato? Porque es lógico, después de tanto llorar, ya no hay maúllido que tenga aire en alguna cuerda vocal.