Monday, January 17, 2005

HUEVOS BLANDOS o HUEVOS DUROS

Lalo Baez me decía desde larga distancia que era cabrona. Claro que lo era, pero con quien no tenía que serlo. Lalo siempre cogía en un bosquecillo cerca de Guanajuato, me presumía sus nalgas suavecitas y esponjosas que nunca llegué a tocar, y es que cuando fui a Guanajuato se me perdió su teléfono y no lo pude conocer. Una vez me contó su primera vez, era el clásico de cabrón, en su casa, con su prima, a los nueve años, jugando al doctor. Él era el médico, inyectó a la primilla de 13 años y le valió madre que la metieran después en un colegio de religiosas. Sin embargo, en Lalo veía esas horas de apoyo emocional por larga distancia de Guanajuato a Monterrey, no era malo, ni bueno, sino un sobreviviente que me dijo: Huevos blandos o huevos duros... tú sabes